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Channel: Meiga Noite de Lúa...
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Réquiem

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- ¿Asinou?
- Non...
- Entón ¡deixao!
- Pero...
- Pero ¿qué? ¿acaso tí non queres que asine?
- Sí, quero, claro que quero... pero...
- ¡Nin peros nin nada! ¡Deixao que se revolque na merda ata que se canse! Xa verás como logo asina...

El abuelo llamaba por la hija que no estaba.
En su lecho de muerte nadie alrededor sabía las que estaba pasando. La abuela quizá..., pero ella tampoco podía hacer nada y, cuando años más tarde llegó su hora, supo que si quería morir tranquila tendría que callar y obedecer.

El abuelo siempre quiso dejar su herencia bien repartida entre sus ocho hijos; sin embargo, la incapacidad física al final de sus días le volvió vulnerable. No quería firmar lo que la hija mayor y su esposo intentaban obligarle; sabía que significaba dejar a los demás sin nada...

A aquella habitación llena de olores a heces y orina no se permitía el acceso a nadie. "Está durmindo, non se lle pode molestar". Y cuando los gritos y el llanto hacían presencia se les disfrazaba "xa non rixe, non sabe onde está nin o que dí..."

Tres días y tres noches aguantó el abuelo sin que nadie le aseara, le cambiase de postura en la cama o le hiciera el más mínimo caso. Las visitas no le estaban permitidas y nadie más que los de la casa sabían lo que estaba ocurriendo.

- Lévalle os papeis e que asine

El abuelo firmó. La hija lo aseó, le cambió la ropa de la cama, el pañal y aireó la habitación. Ya podían pasar las visitas y la tristeza, que llegó como una brisa fría de aquel invierno y enmudeció al abuelo para siempre.





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